Siendo esta una época del año en
la cual empiezan los rigores del estío, es muy común empezar la suelta de agua sobre
algunas zonas de regadío, esto es aprovechado por infinidad de aves para conseguir
alimento, ¡entre ellas! los ánades reales que tan frecuentes son en este tipo
de terrenos a medias de inundar.
Hacer trabajar a los perros en
estas zonas someras de agua donde los patos deambulan caminando emparejados ¡a
veces! a escasos metros por delante de los perros, protegidos por coberturas de
cosechas o hierbas altas, se convierte en una verdadera gozada para el aficionado
cazador que desea observar las evoluciones instintivas de los perros jóvenes, ¡en
mi opinión! este marco incomparable, se postula como la escuela ideal para que
el alumno se familiarice con este determinado olor que más tarde necesitara
encontrar buscando en aguas profundas y tremedales.
Dejados atrás ya los días en los
que podíamos dar a nuestros pupilos estas mismas clases sobre las patirrojas
emparejadas, a estas alturas la mayoría ya echadas sobre sus posturas, esta
singular búsqueda del pato se convierte sin duda en la alternativa ideal del
momento.
El entrenamiento de Ritka de esta
tarde, se ha diversificado en un trabajo preliminar de búsqueda en humedales de
aguas someras y un posterior cobro de pato, como premio final a su trabajo.