Es de noche aun y ya estoy en el
monte, una de las cosas más bellas en la naturaleza es poder ver el amanecer desde
un punto estratégico en el que poseas un buen campo de visión del horizonte,
hoy el encapotado del cielo retrasa la claridad que trata de abrirse camino
entre los nubarrones negros, pero no importa, la satisfacción aunque diferente
sigue siendo la misma que la de un día mas abierto, no llueve y la temperatura es bastante suave, la tierra
mojada de días anteriores resalta las andanzas nocturnas de los animales con exagerada
claridad, un fantástico día para seguir pistas y señales.
No todo es matar en la caza, a
veces días como el de hoy en el que la observación y reconocimiento del terreno
para comprobar las querencias y hábitos de las reses a través de sus huellas, me provoca tanta satisfacción o más que su propia caza.
Pero no solamente le ha tocado a
la caza mayor, también he estado atento a los movimientos de las aves, paloma
torcaz y zorzal. Los cochinos tienen bien tomado el monte que he visitado hoy,
pero los zorzales apenas han empezado a llegar habiendo avistado solo algunos
de los conocidos como Reales (Tordus Pilaris), del resto cero patatero, hay que
seguir esperando aunque su llegada ya es inminente.
En cuanto a las Torcaces, muy
pocas y dispersas, de las que se quedan y crían en el terreno, nada de bandadas
migratorias, por lo tanto también hay que seguir con la espera y aunque esta sea mínima,
se va haciendo costosa para los que tenemos afición a ellas.
Como podéis apreciar, yo siempre
con mi perro, aprovechando cualquier circunstancia en el monte para que
aprenda, este en concreto, es un ejemplar de mi afijo con dos años cumplidos el
pasado mes de junio, al que esta temporada hay que darle mucha caña.
Saludos y buena caza compañeros.
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