Aprovechando que las perdices andan ya
emparejadas debatiéndose en sus escarceos territoriales y las conejas aún no
han masificado su cría, aunque ya se ven desde el pasado mes de enero bastantes
gazapos, he llevado a July al coto para ver como reacciona ante la
caza.
Esta perrita Pointer nació el pasado 25 de
Julio de 2018, con lo cual solo contaba con seis meses al cerrarse la veda de
esta temporada anterior, muy joven para iniciarla en la caza, según mis gustos.
Cuando se tiene un solo perro para cazar,
da igual, pero cuando se poseen varios y hay que cazarlos a todos por un orden
cronológico, se tienen que establecer unos parámetros de comportamiento a la
hora de preparar a los perros jóvenes para las temporadas futuras. Esto no
quiere decir que retrasemos su aprendizaje, es simplemente que hay
que esperar su momento sin perderle de vista, es decir, siempre atentos a su
evolución, desarrollo físico y emocional.
July es el regalo de un buen amigo, y es
por este concepto por lo que yo me estoy esmerando tanto en su manejo al
ponerle frente a la caza. Sin prisas ni precipitaciones, pero sin pausa, la he
estado sacando por los alrededores de la perrera para que valla tomando
vientos, tengo que decir queridos amigos, que conejos y algunos pares de
perdices son convecinos del lugar donde ella está creciendo y no me resulta
demasiado difícil ponerla frecuentemente en contacto con sus rastros.
No sé qué pensareis vosotros, pero yo
entiendo que un cachorro si ha sido campeado con suficiente tiempo de
antelación al día de su prueba, responderá sin duda y para el resto de su vida,
no solo con la conducta con la que la genética le haya marcado, sino además,
con la experiencia y el temple de la mano que lo ha ido forjado.
Como era de esperar, July dio todo un
recital al verse frente a la caza real, en un medio desconocido para ella y
ante una cantidad de caza, que extrajo de su esencia un comportamiento innato
brutal, paradas repentinas a los calientes de las perdices, aunque se hubieran
volado momentos antes, tomas de punto
largas pero a la vez llenas de plasticidad, al estilo pointer por antonomasia,
flexionando los cuatro miembros locomotores, cabeza, línea dorsal y cola en un
mismo perfil, expresividad absoluta en sus formas a la hora de indicar la
presencia de la caza, y yo, disfrutando como un loco apasionado de las muestras
de esta cachorra que sin duda será una gran perra de caza.
Pero no me engaño, aun la queda mucho que
aprender y no es menester descuidarse, porque lo que se logra con mucho
esfuerzo, suele despedazarse en instantes fatídicos, las lecciones deben ser
cortas, intensas y con rigor, no deberemos caer en la desfachatez de creer que
todo está hecho con un buen día de trabajo, se debe ser constate en los
ejercicio, pero con firmeza, y cuidado, si vemos a nuestro alumno inclinarse
hacia el más leve defecto, lo engancharemos a la traílla y a la perrera,
incluso con aquellos ejemplares que son notablemente superiores en cuanto a
inteligencia para comprender, debemos de estar siempre muy atentos.
Luego, siempre quedan otras cosas en la
retina al margen del disfrute de los lances en un día así, os dejo unas cuantas
fotos para que seáis vosotros los que os las imaginéis.
Saludos para todos, un fuerte abrazo
cazadores.
Saludos para todos, un fuerte
abrazo cazadores.
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