No sé de nada más despreciable para el
cazador, tanto para su estado de ánimo como para el morral, que verse
acompañado de uno de esos perros ingobernables que se pasan el día espantando
caza fuera de control, además del monumental cabreo, se suele regresar a casa
con una notable afonía.
Cazar con perros de muestra, es un arte
que está reñido con despreciables motivos de avaricia y ambición, haciéndonos
disfrutar del espectáculo que supone un elegante estilo en la búsqueda, o la
plasticidad y la belleza de la muestra.
Desde el complicado trabajo que supone
educar un perro para la caza, el adiestrador prudente y paciente, conservara su
anhelo firme y su sangre fría, hasta conseguir que su pupilo entienda lo que se
le exige, solo así, se lograra el entendimiento entre el binomio
hombre-perro.
Dita es una hembra joven, que hoy se ha
enfrentado a su primer examen, superándolo notablemente y aun que siempre
quedan pequeños detalles que pulir, ya deja muestras de su gran nivel de
inteligencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario