Si el día anterior lo habíamos dedicado a la caza de acuáticas,
el domingo se presentaba muy diferente en cuanto al trabajo que debían realizar
los perros.
En uno de los artículos anteriores hacía referencia a esa forma de cazar que se denomina “VOLATEO”, que no es otra, que perseguir y tirar a las aves cuando van volando, para lo cual elegí hoy al Braco Alemán Flink, de ocho años y a la Perdiguera de Burgos Atenea de tres, gracias a la excelente nariz de ambos he podido disfrutar de un día de caza sobre perdices bravas en el que he cobrado dos pájaros ya pasadas las doce de la mañana y tras andar corriendo detrás de ellas en sus incesantes vuelos.
En uno de los artículos anteriores hacía referencia a esa forma de cazar que se denomina “VOLATEO”, que no es otra, que perseguir y tirar a las aves cuando van volando, para lo cual elegí hoy al Braco Alemán Flink, de ocho años y a la Perdiguera de Burgos Atenea de tres, gracias a la excelente nariz de ambos he podido disfrutar de un día de caza sobre perdices bravas en el que he cobrado dos pájaros ya pasadas las doce de la mañana y tras andar corriendo detrás de ellas en sus incesantes vuelos.
Como podéis comprobar en las fotos, también he dado buena
cuenta de unos cuantos conejos que los perros me iban parando, y en otras ocasiones levantando de entre los
pastos, cuando me iba desplazando en busca de las perdices.
En definitiva y abreviando, un buen día de caza repleta de
lances, en el que los tres hemos terminado exhaustos, aunque sin duda ha merecido
la pena.
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