Corfu del Tomillar es un cachorro joven de la Asociación
Española del Perro Perdiguero de Burgos con el que he cazado hoy, solo cuenta
con 7 meses de edad y para ser este su primer día de campo, ha dado sobradas muestras de su excelente
genética cazadora, un conejo que le ha saltado delante de él es lo primero que
ha visto y no ha dudado en correrlo, algo más tarde ve una liebre que tan bien
brinca justo en sus narices, se la mato y el perro la muerde con ganas, hasta
ese momento el cachorro había deambulado siempre a mi alrededor como ausente,
sin saber muy bien que andaba buscando, pero a partir de ese momento ha
cambiado de manera radical.
Con la liebre en el zurrón, seguimos adelante adentrándonos
en las horas centrales de la mañana y el perro ya trabaja la búsqueda con un
trote sostenido y un constante rabeo demostrando mucho interés, algo más
adelante le observo como se calienta con un rastro caliente, le sigo y termina
por llevarme junto a un lindazo de pastos altos donde tras un leve toque de
nariz y una breve parada el conejo se levanta sin darle opción a mostrar con
firmeza, se lo mato y el vuelve a morderlo con ganas.
Al tiro del conejo, se revuelan unas perdices que veo
echarse junto a un remolino de retamas
en un morrete cercano, encaro el perro al viento y me dispongo a buscarlas,
nunca pensé que este cachorro pudiera dar tanto en su primer día, ya se le nota
como le ha crecido la afición después de matarle dos piezas, y busca tan
apasionadamente que empieza tras ellas con los clásicos venteos de esta raza a vientos y a tierra, deteniéndose brevemente con inteligencia donde se cargan de olor los peones de las perdices que lleva delante, finalmente se levantan muy lejos, estas perdices son muy bravas y es muy difícil pararlas.
Volvemos hacia el coche habiendo saboreado un día de caza bueno e inesperado dada la escasa experiencia de nuestro amigo canino, cuando al cruzar una pradera, se levanta un conejo que hago rodar de un solitario disparo para que el perro acabe su trabajo en este día con una experiencia positiva.
Como conclusión final expongo, que el cachorro me ha sorprendido gratamente, no me esperaba este comportamiento de él, de hecho, solo lo traje con la ilusión de que ¡si teníamos suerte!!! pudiera darle una buena lección que aprender, y para mi satisfacción ¡ha si ha sido!!!!!
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