REMO DE EL TUDAL
Sobre las doce el
perro se toca por alto en un repecho y al coronar se le levanta el bando con 8
o 10 perdices por delante a 30 metros, acelera el paso y al llegar a los
calientes se queda trabado de muestra pero ya es tarde no queda ninguna, giro a
la derecha y viene mi hermano y otros dos compañeros de frente y las perdices
echadas en el medio, Remo iba como una moto, se levantan y tumbamos tres entre
todos, ¡santa madre! Con el calentón que llevaba al ver caer las perdices creí
que se volvía loco buscando, por fin las muerde y ya se entera de una vez y
para siempre que es lo que tiene que buscar en próximas ocasiones, insisto y no
quiero exagerar el cachorro va de cine.
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