Otro domingo más y el cupo de dos conejos conseguido, lo
mejor, el trabajo que ha realizado la perra durante toda la mañana localizando
y latiendo la huida de los conejos agazapados sin encame, cómo les gusta jugar
con los perros, agachan las orejas y se escurren como culebras entre los
tomillos dejando al perro fuera de juego. Aquí el cazador ha de ser hábil y
estar bien situado para poder abatirlo, porque cuando parece que la huida va cuesta abajo y el perro lo persigue, cambia
de pronto y corre hacia arriba en la ladera, dejando al perro despistado con el
rastro caliente en lo que él se escabulle sigiloso, son unos estrategas
excepcionales.
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domingo, 8 de noviembre de 2020
CONEJOS Y PERDIGUERO
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