Cuando eres un aficionado a la caza y la naturaleza, te inunda esa fuerza de atracción que sentimos todos los cazadores por salir al monte en busca de ese silencio que rompe a gritos la calma que precede a la emoción, no piensas ni esperas nunca que nadie te comprenda, porque lo que experimentas no deseas compartirlo con nadie, simplemente te pierdes entre la grandeza de esa masa natural y disfrutas como un niño de los lances que el día te depare, aunque solo sea capturando animales a través de imágenes, que es otra forma de perseguir, apresar o apoderarte de ellos, solo que en esta ocasión será sin muerte.
A lo largo de toda esta pasada primavera y la primera quincena de Julio incluida, las hemos dedicado Lisa y yo al acecho de todo lo que se movía por delante nuestra, la hora más apropiada si deseas lograr algún avistamiento de animales, es desde el amanecer hasta las nueve de la mañana, momento en el que el calor comienza hacer acto de presencia con cierta severidad.
Llegando los rigores del estío, el agua de una pequeña charca
solitaria en lo más alto y profundo del monte se convierte en algo tan imprescindible
para la vida que es visitada por toda clase de merodeadores terrestres y alados
de la zona, sobre ella y sus alrededores
he centrado todas mis pesquisas con el fin de inmortalizar a muchos de sus
visitantes a través del objetivo de mi cámara.
Lisa, que me acompaña en mis correrías siempre atraillada
para evitar persecuciones innecesarias, al principio se sentía algo incomoda, sobre
todo cuando detectaba la cercanía de los cochinos o algún corzo, a fuerza de andar y esperar siempre sujeta, no solo ha logrado ir salvando toda clase de obstáculos caminando
a mi lado, sino que también ha desarrollado cierto equilibrio emocional ante
estas situaciones y ahora cuando nos emboscamos para esperar la llegada de algún
animal, ella es la primera que me avisa con un ligero alzamiento de orejas, alertándome
de su proximidad.
Os dejo algunos de los videos y fotos conseguidas, indudablemente no
son las de un profesional, pero a mí me llenan de gozo estas correrías mañaneras
por el coto.
Saludos y buena caza compañeros.
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