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sábado, 7 de diciembre de 2024

PARA EL RECUERDO

Hoy no nos ha resultado fácil dar con las perdices, no sé porque, ni de qué depende, pero hay días en los que la caza se resiste a mostrarse más que en otros y cuesta mucho más esfuerzo dar con ella.

Así llevaba casi dos horas atravesando lomas y barrancos en dirección a la próxima ladera coronada por un pequeño olivar y en su zona más baja un buen perdedero poblado con tupidas esparteras, donde es muy raro que no salte ninguna, por las circunstancias de la mano que llevo, estoy batiendo el terreno a mal viento y consciente de ello de vez en cuando vuelvo la perra cara al aire para que no pierda la oportunidad de pasar cerca de alguna y se pueda quedar detrás nuestro.

¡Pruuuuu!!!!  Ya está, ya nos la ha jugado, unos metros a nuestra espalda salta como un rayo y aunque la disparo a la traspuesta de la ladera, no la alcanzo, corro tras ella y la veo a lo lejos ir a pararse junto a un lindazo en un rastrojo, llamo a Lisa y emprendemos la carrera para alcanzarla lo antes posible, llego exhausto tras el esfuerzo y la perra por delante de mí se queda clavada a unos treinta metros con una preciosa muestra, justo donde la había visto pararse, que raro, las perdices no se quedan amagadas en un lindazo escaso de cobertura vegetal como este, pero al tener cierto desnivel imagino que pueda hallarse camuflada en la zona más declive fuera de nuestra vista y por eso ni se mueve, ni la vemos.

La quietud de la perra me habilita para recuperar algo más de aliento, me sereno y observo, no me gusta incitarlos a que rompan la parada prefiero que sea el perro el que resuelva la situación por iniciativa propia, empiezan a entrarme las dudas, me acerco y veo que la perra esta puesta mirando unos agujeros que los conejos tienen hechos en el lindazo y empiezo a comprender ¡Esta hija de puta se habrá metido en los agujeros!!!!! El caso es que son muy someros y con solo tres bocas ¿estará ahí metida???? Al acercarme algo mas, Lisa rompe la muestra y se pone a revisar los agujeros en la tierra con acentuado nerviosismo, de uno se va a otro como loca ¡está ahí metida seguro!!!!!! Suelto la escopeta en un intento de ayudar a la perra y aun a riesgo de que se pueda escapar, me pongo rodilla en tierra para mirar donde se encuentra, justo en ese momento la perdiz emprende la huida por el único agujero que quedaba libre y nos la vuelve a jugar. La sigo de nuevo con la mirada y la veo que se echa a tierra unos cuatrocientos metros más adelante, justo en una ladera repleta de esparteras, como no podía ser de otra manera, de nuevo a correr a por ella y esta vez cuesta arriba ¡Maldita sea!!!!

Por más vueltas que damos no logramos dar con ella, las esparteras están espesas y altas en exceso y por más que Lisa redobla sus esfuerzos no logra encontrar su rastro, cuarteo la ladera de arriba abajo, de izquierda a derecha, en diagonal, cara al viento y despaldas, pero nada, ya ni se por donde no he pasado, desesperado y con todo dado por perdido, desisto y me encamino hacia un pequeño pinar que está un poco más abajo en el que otros días he podido abatir alguna ¡No me queda más remedio que empezar de nuevo!!!!! ¿Pero y la perra??? ¡No la veo!!!!! Vuelvo unos pasos hacia atrás en su busca y la encuentro paralizada de nuevo marcándome algo junto al tronco de un remolino de esparteras, ¡pero la leche, si estamos a más de cien metros de donde la vi tirarse!!!!! ¿Será la perdiz o tal vez algún conejo???? Trato de acercarme a la perra y de pronto ¡Pruuuuu!!!! Salta frente a mí a toda leche, como alma que lleva el diablo, pero su suerte ya está echada, mi paralela la lleva enfilada entre sus cañones y aunque trata de alejarse a toda velocidad la hago un ovillo en el aire con el primer disparo ¡Pummm!!!! La perra acude al cobro y cuando la veo aparecer con ella en la boca, sencillamente ¡No me lo podía creer!!!! Más de veinte minutos dando vueltas, seguramente pasamos muy cerca de ella en más de una ocasión, incluso casi pisándola y ni moverse, como ha aguantado hasta que la perra por fin ha podido dar con ella.

En otras ocasiones, habré podido capturar más cantidad de piezas, pero cuando logras una así ¡Como hoy!! Aunque haya sido la única que has conseguido, te vuelves a casa más ancho que largo, se te olvidan los kilómetros recorridos y te das cuenta que la cantidad no es sinónimo de calidad, a veces vale más  ¡POCO Y BUENO, QUE MUCHO Y MALO!!!!!!

Saludos y buena caza compañeros.




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