Cochino herido en espera sobre la una de la madrugada y por
la mañana temprano salimos con Lisa de Rodrimar para buscarlo. Puesta en el
rastro, la perra comienza la búsqueda con mucho interés, siguiendo la sangre
concentrada y tranquila, los numerosos cuajarones mezclados con trozos de piel
e intestino que se va dejando el cochino en su huida nos indican que el animal
está muy herido y no puede andar muy lejos.
Entramos en una pradera con la hierba muy alta, lo que
dificulta la visión más allá de cuatro o cinco metros por delante, junto a una
chaparra donde parece ser que el cochino ha hecho un alto en su huida, encontramos
de nuevo mucha más sangre y algún que otros resto del animal, seguimos unos
cuantos metros más y la perra deja de seguir el rastro levantando la cabeza, por
delante vemos que se mueven las hierbas y ahí esta, a pesar de ser un macho
joven y llevar un tiro que lo atraviesa de atrás hacia adelante, aún le quedan fuerzas para castañear los dientes y enseñarnos sus
pequeños colmillos ¡remátalo le grito al cazador!!! Y este de un certero
disparo acaba con su vida.
La perra algo temerosa se acerca con precaución ¡es su primer
cochino y desconfía!!!! La animamos y unos minutos más tarde ya está agarrada a
él, entre los ánimos nuestros y los últimos estertores de la muerte del animal,
la pasión se va apoderando de ella poco a poco y comienza a latirlo.
Arrastramos el cochino hasta un camino próximo para cargarlo
en el maletero del todo terreno, el tiempo que tarda el cazador en traer el
coche, es el mismos que la perra se ha pasado agarrada a él entre latido y
latido ¡Buena lección!!!!! Sin duda habrá otras más en las que esta raza seguirá
demostrando sus cualidades para el rastreo de reses heridas.
Los Perdigueros de Burgos son una raza muy polivalente y muy
desconocida en cuanto a su variada capacidad funcional, debido a sus antiguos
cruces con los sabuesos son verdaderamente útiles en esta disciplina.