Mañana muy cubierta de nubes, deja un pequeño claro para que se asome el Sol.
Amanece con la Dehesa de encinares al fondo.
A esta zona se le conoce como (El Bardo), en la cuerda de este monte se han cazado desde antaño las Torcaces al paso.
De nuevo esta mañana muy temprano
estábamos cazando en el coto de Pepino, comencé a remontar el arroyo de (Los
Garanzos) cuando aún era de noche, necesité esperar un poco para poder tener
visibilidad suficiente en caso de efectuar algún disparo, Dita de Los
Machaderos caminaba junto a mi atraillada, subimos la ladera del monte parando
en ocasiones para imitar el chillo del conejo como reclamo para los zorros ¡si
ha de entrar alguno será en esos momentos donde las luces y las sombras aun nos
dan cobijo y nos son favorables!, la luz nos delata a los ojos del tenaz raposo
¡el tiempo corre en nuestra contra!, aceleramos el paso y llegamos a lo más
alto del monte sin tener éxito ¡ya se ve bien!, otro día será. En esta
modalidad de caza, ¡se necesita algo más!, que las simples facultades que pueda
poseer cualquiera como cazador ¡esta es una caza de altura!, ¡de poder a
poder!, ¡hay que engañar al zorro para que acuda! y el chillo debe ser
perfecto, entrecortado, como si fuera un conejo real en apuros, se me ha dado
el caso de acudir un Búho, al que me tuve que quitar prácticamente de encima
agitando los brazos. Esto te tiene que gustar para practicarlo, cuando se tiene
éxito ¡en contadas ocasiones, dada su dificultad!, se experimenta una gran
satisfacción que inunda y satisface plenamente el instinto predador con el que
nacemos todo cazador ¡es algo muy hondo!, que no te produce cualquier lance de
caza y que yo como cazador he sentido muy pocas veces.
A pesar de no haberlo logrado en
esta ocasión, os recomiendo que pongáis en práctica esta modalidad de caza
¡siempre acompañados de un buen perro!,( Kurzhaar o Drhthaar) que perseguirá y
rematara al escurridizo zorro en caso de herirlo y aumentara la grandeza del
lance cuando lo cobre y lo traiga como acto de obediencia y sumisión hacia su
guía.
Pero la maña había de dar algo
más de sí, tratando de no dejar a la cachorra sin experiencias positivas me
dirijo hacia unos de los puestos de paloma de (El Bardo), al que ya he hecho
referencia en otras ocasione, al llegar me encuentro a mi hermano Miguel ¡que
de casta le viene!, y me ha tomado la delantera, nos colocamos a la contrapasa
y el tumba dos, una difícil de encontrar entre tanta maraña y riscos que nos
rodean ¡al final aparece! y Dita la cobra, ¡misión cumplida!, descendemos hacia
la cañada entre hozaduras de los cochinos que la perra va husmeando y
curioseando, yo haciendo estas fotos que os dedico y dan fe de mis correrías
como infatigable y obstinado cazador.
Felices Fiestas y buena caza.
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