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domingo, 1 de noviembre de 2020

FIN DE SEMANA CON ATENEA Y JULY

De nuevo el pasado sábado subimos Atenea y yo a lo más alto del monte para comprobar si las torcaces habían iniciado ya su tradicional paso por los puestos de costumbre, no tenía ninguna referencia desde el fin de semana anterior en el que no vimos ni una.

La mañana era despejada y desde primera hora las palomas empezaron a pasar de manera intermitente en pequeños bandos, no pude realizar muchos disparos pues iban como solemos decir por aquí, hablando con San Pedro, por fin me entra una pareja de ellas a tiro y descuelgo una de un buen disparo con la paralela del 16, algo más tarde me entra otra sola a huevo, pero la fallo estrepitosamente, y es que a esas que te entran que parece que vienen muertas antes de tirarlas, son precisamente las que se fallan por exceso de confianza.

Espero en este mes de Noviembre poder acudir a la cita con ellas los fines de semana, pues el paso se suele reducir considerablemente a medida que avanza el otoño.





Hoy de nuevo con July a los conejos de los llanos, teníamos un cupo de dos y a las 11:30 ya lo habíamos conseguido. La perra prosigue con su aprendizaje, aunque aún le queda, por otro lado es normal, es su segunda temporada y necesita experiencia de caza, pero todo llegara, lo principal es que tiene mucha voluntad para cazar, posee buenos vientos y cobra todo lo que se le mata.

Esta declaración de intenciones, habrá que irla puliendo poco a poco, lo que sí es notorio en ella, es su sensibilidad para parar, al más mínimo indicio de emanaciones se bloquea, esta mañana ha topado con el sitio donde han dormido las perdices esta noche pasada y claro ha hecho una muestra a las plumas y los excrementos de ellas algo brutal, casi me da un infarto, se ha quedado petrificada, un perro con experiencia, esto lo hubiera sobreseído sin darle mucha importancia, aunque pudiera haber hecho una muestra breve, pero ella, se ha quedado hipnotizada casi un minuto.

Los conejos también los detecta con bastante facilidad, a pesar de la cobertura vegetal alta y espesa que dificulta bastante esa labor, la perra los pone bien, sobre todo porque los conejos encamados en los pasto muy espesos y altos se suelen quedar inmóviles aunque el perro les pase cerca y al no moverse no airean su olor, siendo esta una gran dificultad para la localización del perro.  

La experiencia es la madre de la ciencia, sin la primera, la segunda no se puede completar con el éxito requerido.

Bueno compañeros, hasta el próximo fin de semana, saludos para todos.










 

 


1 comentario:

  1. Magnífico ratito de tertulia tuvimos la oportunidad de echar el sábado 31 de octubre, con una gran persona conocedor del campo y de la actividad cinegética. Es un placer haberte conocido y sin duda poder volver a tener la oportunidad de juntarnos en el campo para seguir aprendiendo. Un abrazo Bienve

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