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sábado, 24 de noviembre de 2018

TORCACES EN LA CUERDA DEL MONTE


Es un verdadero placer subir a la cuerda de estos montes para cazar las torcaces al paso, madrugar y ver cómo viene el  día en pleno monte, como el sol se va apoderando de la noche al mismo tiempo que la luna se va retirando rendida a los rigores del alba, escuchar cómo se va despertando el campo a través del canto de los pájaros, la niebla que ha ocupado los valles a mojado las telas de araña con su roció haciéndolas parecer hilos de perlas que brillan al venir el día, la savia naturaleza nos demuestra a diario como puede conseguir grandes paisajes a una velocidad ralentizada, cuando necesito evadirme de algo siempre acudo a este entorno natural, en el hallo la paz y el relax, además de poder practicar la caza, mi afición preferida.

No soy un cazador que busque deliberadamente matar, porque no me gusta presumir de quitar la vida a animales a los que verdaderamente admiro por su valentía, su astucia o su sabiduría, ya que a veces se comportan con verdaderas estrategias dignas de las inteligencias más puras, sino más bien todo lo contrario, cazo porque entiendo que entre ellos y yo se produce algo así como un reto, o una lucha de poder a poder y es a través de estas, empujado por mi gen cazador cuando encuentro satisfecho mi anhelo al apoderarme de un animal salvaje utilizando mi astucia en rivalidad con la suya.

No soy amante, para nada, de matar grandes cantidades de caza, creo que esto es un error muy repetido entre muchos cazadores, cazo y lo que cazo me gusta comérmelo, o lo doy a quien se lo vaya a comer, creo que cazando pequeñas cantidades, lo necesario para que los perros puedan tomar aprendizaje y disfrutar con ellos, es más que suficiente, dos o tres palomas para hacer un buen arroz y ver cobrar a mi perdiguera, es todo lo que necesito para estar satisfecho ¡ya sabéis!!!!!!!!!!

< La ingente matanza de grandes cantidades de caza, no hace por si solo al cazador >

Existe otro formato para estos menesteres, basado en el respeto y la admiración por los habitantes de nuestros campos, su deterioro o su proliferación, pasan por una gestión de caza bien ejecutada, de acuerdo a la climatología de cada año tan influyente en el periodo reproductivo, es por esto que cada temporada necesita una presión de caza diferente, basada en estudios preliminares y concisos sobre las poblaciones de nuestros cotos. Eso, si de verdad queremos perpetuarlos en el tiempo.

Saludos y buena caza.

                      Oscuridad desde el puesto,

                        Los primeros rayos de sol.


 La luna llena se retira por el horizonte contrario.

            El pueblo al fondo entre los montes.

                         Cobramos la primera.

                Seguimos esperando en el puesto.

                          Cobrada la segunda.

                   La frondosidad de la espesura.

                         Abajo, casi en la llanura.



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