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jueves, 1 de noviembre de 2018

TORCACES CON ATENEA

Acaba de amanecer y el sol ya empieza a mostrarse en el horizonte, no hace fresco, o al menos eso es lo que a mí me parece, supongo que es debido al esfuerzo que supone subir hasta el puesto por estos empinados repechos.
Me entra la primera muy alta, la tiro y veo que suelta un chorro de plumas, describe un circulo y empieza a planear hacia abajo, finalmente cae pero muy lejos, justo en la otra ladera enfrente de donde tengo el puesto, más tarde cuando me marche iré e intentare encontrarla.
Estos días de atrás, si se han visto bastantes torcaces por esta zona, pero hoy no hay mucho movimiento, me entra la segunda y la fallo en el primer disparo, intento disparar de nuevo y se me encasquilla el arma ¡maldita sea!!!, al comprobar el error me doy cuenta que se ha estropeado algo en su interior, la lengüeta lateral que habilita la subida del cartucho desde el cargador a la recamara se ha partido y el cartucho se ha quedado atascado a la mitad de su recorrido quedando todo hecho un bloque que de momento no puedo deshacer, ¡será posible!!!!
El arma del que os hablo, es una repetidora Benelli que estrene en la temporada de caza  allá por 1984 y hasta el día de hoy, jamás me ha dado un problema. Se me ocurre desarmarla para intentar desbloquearla, lo cual consigo a duras penas, después de volverla a rearmar compruebo si puedo seguir disparando con ella cargándola manualmente, aunque sea tiro a tiro, con este método de emergencia descuelgo otras dos más que me cobra perfectamente Atenea trayéndolas hasta el puesto.
Sobre las diez, abandono la espera y me dirijo a buscar la primera que disparé, a ver si hay suerte y la perra logra dar con ella, suponiendo que este en el suelo muerta y no se haya quedado herida posada en alguna encina. Por más vueltas que damos la perra y yo no la vemos, es natural, a tanta distancia no es posible determinar el sitio exacto de la caída, planeando puede haber ido a parar a cualquier parte, cuando de pronto aparece la perra con ella en la boca, muy cerca de donde la vi caer entre unas encinas grandes. Un buen perro para el cobro se hace imprescindible en cualquier sitio, sobre todo en zonas donde la espesura del monte dificulta esta tarea tan complicada para nosotros.
Saludos y buena caza.


















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